Todos los viajeros que visitan La Habana tienen la sensación de estar atrapados en el tiempo, y ese es precisamente uno de sus mayores encantos. Recorrer sus calles es como disfrutar de un museo viviente y descubrir su esencia. Por eso es que la Habana Vieja es considerada un tesoro escondido en el corazón de la ciudad de La Habana. Es una joya colonial que te traslada al pasado y te muestra el encanto y la belleza de una época antigua. Pero si hay algo que hace especial a La Habana Vieja, son sus plazas coloniales. Cada una de ellas cuenta una historia diferente y ofrece una experiencia única para quienes las visitan.
A diferencia del resto de las ciudades coloniales del país, La Habana no siguió el mismo patrón de las demás villas entorno a una plaza o parque. La ciudad maravilla se estructuró en cuatro plazas principales con distintas funciones: social (Plaza Vieja), comercial (Plaza de San Francisco de Asís), militar (Plaza de Armas) y religiosa (Plaza de La Catedral).
Descubre la magia de las cuatro plazas coloniales de La Habana Vieja, cada una tiene su propia personalidad y ofrece una experiencia única.
Plaza Vieja
La Plaza Vieja es una de las plazas coloniales más vibrantes y animadas de La Habana Vieja. Se construyó en el siglo XVIII y es conocida por su impresionante fuente central. La plaza se restauró recientemente y cuenta con numerosos bares, restaurantes y tiendas. Es un lugar perfecto para disfrutar de una comida o una bebida mientras disfrutas del ambiente alegre y acogedor de La Habana.
Esta plaza es reconocida por su gran valor histórico, arquitectónico y cultural de la nación. Constituye el primer intento planificado de ampliación de la ciudad como respuesta al desarrollo urbano y comercial de La Habana con transformaciones hasta la actualidad.
Surgió como espacio abierto en 1559 y fue utilizada como un área para distintas modalidades, como zona de residencia, comercial y recreativa. Algunas de las viviendas que bordean la plaza constituyen expresión temprana de las construcciones que tipificarían este lugar de La Habana: casas de dos plantas, abiertas al exterior a través de portales y galerías.
Al contrario de lo habitual no se ubican en ella ninguna Iglesia o edificio administrativo. Sin embargo, cuenta en sus alrededores con algunos de los mejores exponentes de la arquitectura ecléctica cubana. Algunos de los sitios que podrás visitar a su alrededor son: La Cámara Oscura (antiguo edificio de Gómez Vila), Las Casa de los Condes Jaruco, La Casa del Conde Lombillo, La Casa del Marqués de Casa Torres, La Casa de Don José de Arrate (Museo del Naipe), la Casa de Beatriz Pérez Borroto (Fototeca de Cuba) y otras.
Plaza de San Francisco de Asís
La Plaza San Francisco de Asís es un lugar de visita obligada en La Habana Vieja. Su arquitectura colonial la convierten en un lugar ideal para tomar fotografías. Además, la plaza es un punto de referencia ideal para conocer muchos sitios interesantes a su alrededor.
Creada hacia 1628 por acuerdo del Cabildo para que sirviera como punto de abastecimiento de agua a las flotas, por su cercanía al puerto de La Habana, fue centro de la actividad comercial durante muchos años, debido a su ubicación al lado de la bahía y los muelles.
También conocida como “la plaza de las palomas”, está rodeada de varias edificaciones y monumentos que puedes visitar, entre ellos: El Convento de San Francisco de Asís, La Basílica Menor de San Francisco de Asís y el Museo de Arte Sacro, La Fuente de los Leones, El Monumento a Fray Junípero Serra, El Cruceiro, El Jardín Diana de Gales, La Lonja del Comercio y el Mercurio de la Habana, La casa del Marqués de San Felipe y Santiago, El Jardín de la Madre Teresa de Calcuta, La Iglesia Ortodoxa Griega, La estatua del Caballero de Paris en el Convento de San Francisco y El Museo del Ron.
Plaza de Armas
La Plaza de Armas es un lugar ideal para disfrutar de la tranquilidad y el encanto de La Habana Vieja. Puedes relajarte en uno de los bancos de la plaza, rodeado de árboles y flores, mientras disfrutas de la brisa del mar. También podrás disfrutar de la música en vivo y de los artistas callejeros que animan la plaza.
Tiene un extraordinario valor histórico y arquitectónico. Constituida en el primer tercio del siglo XVI, fue la primera de la villa y a partir de la cual se erigió su crecimiento inmediato. En sus inicios, al estar asociada a los terrenos del Castillo de la Fuerza, tuvo una función predominantemente militar. Sin embargo, a finales del siglo VIII destaca por su jerarquía administrativa con la construcción de los palacios de los Capitanes Generales y del Segundo Cabo, edificios con una belleza que bien vale detenerse a admirar.
Tiene además una vida propia muy interesante, pues cada día en un abrir y cerrar de ojos en una de sus calles laterales adoquinadas se monta una estantería al aire libre de libros antiguos, estampillas, objetos anacrónicos, monedas y otras curiosidades, todos ligados a la historia de Cuba. Mientras la recorres te acompañará la banda sonora autóctona de este lado viejo de la ciudad: pregoneros, pasacalles de músicos y zanqueros, maracas y guitarras que saltan al aire amenizando alguno de los portales cercanos.
La rodean actualmente las siguientes edificaciones: El Palacio de los Capitanes Generales, El Palacio del Segundo Cabo, El Castillo de la Fuerza, El Templete, El Hotel Santa Isabel (antigua casa de los Condes de Santovenia), el Museo de Historia Natural y la Biblioteca Rubén Martínez Villena (antigua embajada norteamericana).
Plaza de la Catedral
Es uno de los sitios más famosos y populares del Centro Histórico de la ciudad y uno de los lugares más fotografiados. Esta plaza es un auténtico museo del barroco cubano, ya que todos los edificios ubicados en ella, incluida La Catedral, son del siglo XVIII.
La plaza está rodeada de edificios coloniales con balcones de hierro forjado y es un lugar popular para disfrutar de la música y la comida cubana. No te pierdas la oportunidad de tomar una foto frente a la catedral o simplemente disfrutar del ambiente relajado de la plaza mientras observas a los artistas locales.
Algunas de las edificaciones más destacadas en esta plaza, además de la Catedral de San Cristóbal de La Habana, son: el Palacio de los Marqueses de Aguas Claras, el Palacio del Conde de Lombillo, el Palacio del Marqués de Arcos, el Palacio de los Condes de Casa Bayona, donde actualmente se alberga el Museo de Arte Colonial; y el Centro Wifredo Lam, un pequeño museo y galería dedicado a Wifredo Lam, uno de los artistas modernos cubanos más reconocidos. En los alrededores y cerca de la Plaza se encuentra la afamada Bodeguita del Medio, en la que no puedes dejar de tomarte un mojito.
En resumen, las cuatro plazas coloniales de La Habana Vieja son un lugar imprescindible para visitar en tu próximo viaje a Cuba. Cada una tiene su propia historia y encanto, y son una muestra de la rica historia y cultura de la ciudad. No te pierdas la oportunidad de explorar estas plazas hermosas y sumergirte en el ambiente vibrante y acogedor de La Habana Vieja. Si estás planeando un viaje a Cuba, podrás practicar distintos tipos de turismo.
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